En la claridad de un nuevo día. En la oscuridad de la noche.
Es el Señor Jesús quien permanece con nosotros.
Aquel divino Maestro que resucitó a Lázaro, quien lloró por su muerte.
Entiende nuestros pesares.
Sabe de hambre, de sed. De frío y calor. De cansancio.
De miedo y abandono.
De obediencia, fidelidad y de la fortaleza que viene de lo alto.
Aquel Nazareno, amigo de tantos. El Amor del Amor.
El Creador del cielo y de la tierra. Se hizo hombre y habitó entre nosotros.
Su misericordia es grande. Y nos deleitamos en su Corazón.
En su bondad y dulzura.
Reímos con Él. Lloramos con Él.
Nos abrazamos a Él.
Insondable abismo de Amor y compasión.
Me basta tu gracia.
Es el Señor Jesús quien permanece con nosotros.
Aquel divino Maestro que resucitó a Lázaro, quien lloró por su muerte.
Entiende nuestros pesares.
Sabe de hambre, de sed. De frío y calor. De cansancio.
De miedo y abandono.
De obediencia, fidelidad y de la fortaleza que viene de lo alto.
Aquel Nazareno, amigo de tantos. El Amor del Amor.
El Creador del cielo y de la tierra. Se hizo hombre y habitó entre nosotros.
Su misericordia es grande. Y nos deleitamos en su Corazón.
En su bondad y dulzura.
Reímos con Él. Lloramos con Él.
Nos abrazamos a Él.
Insondable abismo de Amor y compasión.
Me basta tu gracia.
Su amor por ti es evidente. Real.